26 jun 2013

Graduación

Desde que empecé este último curso, pensaba en el día de mi graduación. Me hacía bastante ilusión, sobre todo por mi familia. Sé que para mis padres esto es muy importante y oí a mi padre decir que el día de la graduación de mi hermana fue uno de los más felices de su vida, así que quería que la mía también lo fuese para él. Sé que el simple hecho de que la tuviese era suficiente, pero aún así yo quería que fuese perfecta. Cada vez que un amigo se enteraba que estaba dentro de la organización me decía “Pero ¿cómo te metes en esto?" Y eso me preguntaba yo a veces, pero la razón era esa, quería que fuese perfecta para mis compañeros, para mi familia, para mí. Llamadme soñadora si queréis.

Tuvimos muchísimos problemas a la hora de organizar las dos graduaciones; la primera promoción de Grado y la última de Licenciatura. Además, al principio no me sentía cómoda con las integrantes de la organización y todo esto hizo que fuese perdiendo la ilusión por aquel día. Y eso que yo no fui de las que más responsabilidad tuvo, no sé cómo pudieron aguantarlo ellas. La semana previa fue el horror y lo único que quería era que pasase ese día para olvidarme de todo. Ya era una carga.

Y llegó el día, el 22 de junio de 2013. Empezó mal gracias a la peluquera que tardó 50 minutos en hacerme un peinado que una chica en youtube se hace en 3, y que encima a ella le quedó mejor. Me cobró un pastizal por la mierda que me hizo, por suerte para ella tenía mucha prisa y no monté un pollo. En mi casa me estaba esperando mi familia, y A. que vendría a echarme una mano ese día y sería azafata en la graduación.



Llegamos a las 10:30, el acto empezaba a las 12:00. Llegamos y está absolutamente petado de familias. Quiero hacer un inciso, y explicaros que la gente llegó TAN PRONTO porque la secretaria de la facultad insistió en que todo el mundo estuviese allí a las 11:00. Nosotras le dijimos que si ponía esa hora, entonces llegarían muchísimo antes y sería un caos. Y así fue. Yo estaba desbordada, encontré a C. que venía a verme y vi a M. que me dio la sorpresa de mi vida al aparecer sin avisar. Vino sólo a darme un abrazo porque no podía quedarse, estaba muy enferma. No se llega a imaginar lo que significó para mí ese detalle. Y sé que otros como J. también tenían planeado venir pero no pudieron… agradezco infinitamente que pensaran así en mí.

Me sentí la mierda porque no pude atenderla, no pude atender a nadie ni supe decirle a A. lo que tenía que hacer. El resto de chicas estaban mucho mejor preparadas que yo. Me puse a colocar a alumnos en sus asientos, que habíamos colocado por orden de especialidad y alfabéticamente. Imaginad organizar a 300 alumnos. Yo tenía mi banda debajo del brazo y desapareció, y ni me di cuenta, y la pisé, la arrugué… y un chico amablemente me la recogió y al verme tan agobiada me dijo: “no te preocupes, yo te la doblo y ahora te la doy”. Qué majo, le doy las gracias desde aquí. Mientras subía y bajaba escaleras, encontré un momento para hablar con el técnico de sonido y darle mi portátil y explicarle las pistas que debía poner y cuándo debía ponerlas. Bajo a organizar otra vez y veo que ya pasan a familiares, cuando nosotras todavía no habíamos acabado. Otra vez, la secretaria tocando los cojones y haciéndoles pasar cuando no debía.

Las organizadoras habíamos reservado asientos para nuestras familias, era el mínimo privilegio que podíamos tener después de todo el esfuerzo, nos lo merecíamos. Nos merecíamos saber que nuestras familias estarían cómodas y nos verían perfectamente, que harían buenas fotos desde sus asientos. Pues bien, en medio del caos yo no pude conducir a mi familia y otra se sentó en su fila. A pesar de haber un cartel con la palabra; “RESERVADO” más grande que mi culo (y mi culo es muy grande, en serio). Fui a decirles que no debían sentarse ahí y fueron lo más puto asquerosos. Yo, que soy toda educación, pude reprimir las ganas de sacarles a hostias de los asientos. Mi amiga I. que lo presenció todo, hacía comentarios en alto para avergonzarles, pero obviamente no tuvo efecto. Y ¿sabéis lo mejor de todo? Que la familia era de una chica QUE ME CAE COMO EL PUTO CULO. Su puta familia le quitó los asientos a la mía, y encima tienen la cara de decirme “nuestra hija ha estado organizando la graduación”. Tu puta hija lo que ha hecho ha sido, el lunes (siendo un sábado el evento) exigirnos, EXIGIRNOS, dar un discurso. Has tenido todo el puto año para decírnoslo, y lo haces ahora cuando, se habían planeado los tiempos y no apareces en los dípticos. Y el día de la graduación apareces un poco antes para ayudarnos a organizar a los alumnos y ya te crees la puta ama y organizadora del evento. Yo he estado putos meses detrás de esto, y me has quitado lo único que me motivaba a organizarlo. Os puede parecer exagerado, pero me amargó infinitamente. Y es que encima si hubiese sido la familia de otra persona, pues me quejo, les insulto y ya… pero lo que me reventó fue que precisamente fuese la familia de esta imbécil.

Empieza el acto, canta el coro, me siento y finjo escuchar los discursos del decano, representante del COP y madrinas, cuando en realidad mi mente no podía parar de pensar en el hecho de que mi familia se tuviese que sentar a tomar por el culo. Hasta que el discurso de una madrina, Carolina Marín, logró captar mi atención. Fue corto, sincero y muy esperanzador. Un atisbo de felicidad me inundó cuando vi que había venido a la graduación Margarita Revenga, la bondad personificada y profesora de mi especialidad. Cuando fui a invitarle en persona, me dijo que seguramente no podría venir… y que estuviese allí fue genial (me regaló uno de los momentos más bonitos). También estaba Gema Martín, mi otra profesora de la especialidad, a la que tengo también mucho cariño porque me ayudó en un momento decisivo de crisis (que ya contaré en otra ocasión). Aunque vinieron muy, muy pocos profesores… que estuviesen ellas dos y Antonio Manzanero y Gonzalo Hervás me era suficiente, si estaban ellos yo era feliz. No niego que eché en falta a un profesor en concreto “Piscomanuel” del que (sorprendentemente) he hablado muy poco en este blog. Pero todos tendrán su momento, ya lo leeréis.

Llegaba el discurso de las alumnas. Eran tres, y dos de ellas las conocía por todo este follón de la organización. Me gustó muchísimo, porque lo hicieron como un diálogo muy natural entre las tres, y había partes muy cómicas con los tópicos de la carrera y la universidad. Muy entretenido. Pero claro, como esta chiqui tenía también que hablar, pues ellas interrumpieron su discurso para que ésta y su novia hablaran de la parte más reivindicativa. Dijeron muchas verdades que arrancaron aplausos en la gente, defendiendo la universidad pública. Eso yo también lo aplaudí y me pareció bien que se dijese. Pero también hay muchas formas de decir algo así y aquello parecía más una manifestación, no era un ambiente que debía tener una graduación. Tuvieron partes buenas que no me importa halagar, pero la cagaron en muchas otras también. Y se creó mucha tensión con el representante del COP (que se sintió ofendido) y con el Decano, que no era necesaria. Afortunadamente volvieron M, C y la otra chica a terminar su discurso y relajar el ambiente.

Y entonces, se pasa a la imposición de bandas. Después de que pasaran gran número de alumnos, me di cuenta de algo. Sólo se oían aplausos… ¿Y LA MÚSICA QUE PREPARÉ? No sonó, no sonó en ningún momento. Estuve tres horas preparando una selección de Michael Giacchino, de la B.S.O de LOST que nos iba a poner la piel de gallina a todos, que nos iba a emocionar e incluso alguna lágrima podía brotar. Era preciosa. Y nunca se escuchó. Os podéis imaginar mi estado de ánimo, por los suelos. ¿Por qué todo estaba saliendo mal?

Pero esos pensamientos se disipaban cada vez que veía a alguna de mis queridas amigas subir al escenario. Ellas son guapas, pero es que ese día estaban espectaculares. Y me dolían las mejillas de sonreír cada vez que las veía y me sentía feliz por haberlas conocido, y estaba agradecida porque hubiesen tirado de mí todos estos años. Me han ayudado muchísimo. Las quiero muchísimo. Y tenemos mucho futuro por delante, muchas reuniones del Club C nos esperan y estoy segura que muchos éxitos también, en diferentes ámbitos. Habrá una serie sobre nuestras vidas, ya veréis… ¡tenemos la patente!

Y entonces dijeron mi nombre. Me levanto con mi banda arrugada y rezo para no caerme con los tacones. Subo al escenario, miro a mi familia y olvidé toda la mierda de día que estaba pasando. No podía hacer otra cosa que sonreír, mirarles y saludarles. Les saludé muchas veces, demasiadas… algo que yo desde fuera veía ridículo, pues lo hice. No sé, yo es que soy mu sentía y estas cosas me emocionan, y estaba emocionada. Saludo a un par de profesores que no conocía y a Eva María Pérez quien fue mi profesora de “evaluación en los contextos educativos” y parecía que me iba a imponer la banda. Pero faltaba un sitio así que me situé frente a Gema Martín pero nadie se situó delante de Eva María así que las dos eran para mí. Y yo encantada hablando con las dos mientras Gema me ponía la banda. Estaba tan cómoda en mi charla que se me había olvidado por completo darme la vuelta para la foto con el diploma, me lo tuvieron que decir ellas. Había mogollón de gente abajo haciendo fotos y no tenía idea de quién era el fotógrafo oficial y no sabía dónde mirar. Cuando todo el mundo avanza, veo a Margarita que al verme sonríe ampliamente y levantando los brazos para abrazarme dice: “Ay, mi Sally”. Ya os dije que era la bondad, y me encantó ese abrazo. Fue un momento precioso que siempre recordaré.

Acaban la infinidad de nombres y el Decano comienza el discurso de clausura, aprovechando para responder sobre las acusaciones que las chicas estas vertieron sobre él. Consigue también aplausos y un momento que me enterneció al contar que de todas las graduaciones que ha presentado, esta era especial para él porque le habíamos hecho un regalo (una pluma estilográfica). Pobre. Aparece el coro para cantar el famoso “Gaudeamos Igitur” y acaba la ceremonia.

La gente empieza a irse, busco con la mirada a mis amigas pero era misión imposible por la marabunta de gente. Me encuentro con mi familia, C. y A. que me felicitan, y nos hacemos fotos y todo muy bonito. Alabamos la labor de A. como azafata porque la pobre estuvo atendiendo a la secretaria y de pie, forever alone toda la ceremonia. Voy a por mi portátil y a decirle al técnico de sonido si era gilipollas o qué. Bueno, no se lo dije así directamente, pero mi mirada dejó claro mi odio. Consigo hablar con M. y ver a P. a la salida. También pude hablar con Manzanero y Hervás y darles las gracias por haber venido y darles las gracias por ser tan buenos profesores.


Y llegó el momento de irse ¡a comer! Fuimos TODOS en el coche. Éramos 4 chicas en la parte trasera, haciendo un tetris perfecto para encajar. Muchas risas y anécdotas de mi padre, que hacía crecer la admiración de C. hacia él. Fue muy divertido y me encantó que estuviésemos todos ahí. Estaba muy feliz de que ellas me hubiesen acompañado en este momento tan importante, ellas saben lo que he sufrido en la carrera y me daba tranquilidad tenerlas cerca y compartir ese momento. Son lo puto mejor, las adoro. Después volvimos a casa. Intenté descansar, para la fiesta que me esperaba por la noche. Me llamó mi tía desde Jordania para felicitarme y para pedirme que subiese las fotos cuanto antes y eso hice.
No me olvido tampoco de la gente que no pudo venir, pero aún así siempre me ha apoyado y aguantado toooodas las quejas que he tenido, y han tenido paciencia infinita conmigo. Gracias.

Como soy una señorona, me cambio de vestido y llegué tarde a la cena porque me había olvidado la entrada de la fiesta. Siempre me olvido de las entradas, menos mal que me doy cuenta relativamente cerca de casa. No fuimos a ningún sitio glamouroso ni nada, pero la cena fue muy especial. Por lo que significaba, por las que estábamos y porque HABÍA MENÚ PARA CELÍACOS. M. se sintió persona y fue feliz pudiendo comer cosas normales como el resto. Además, esa cena también era importante porque conocería a la compañera fantasma de P. La conozco desde hace 3 años, he ido en numerosas ocasiones a su casa, y nunca estaba la compañera de piso, y siempre me hablaba de ella. Su llegada fue muy cómica; ella llegaba más tarde así que empecé a hacer la coña de hablarle a una silla vacía como si fuese ella, y S. señaló y dijo que ya llegaba y yo no vi a nadie y pensaba que seguía la coña, pero era ella de verdad. Fue un encuentro emotivo.

Fuimos a la fiesta. Por el camino fui a preguntarle una cosa a un camarero y al darse la vuelta me asusté de lo guapo que era. Me bloqueé y mi despedida fue bastante patética. He pasado más veces por ese sitio y nunca le veo ¿era un ángel? En fin, que llegamos al sitio y nos pedían DNI. Really? Nos acabamos de graduar, tenemos la entrada a la fiesta y formas una cola inmensa para revisar leeeeeentamente cada DNI. M. no lo tenía y su presencia es muy juvenil, nos costó convencer al segurata de que la dejara pasar, que era una psicóloga más.

Entramos al INFIERNO literalmente. Qué jodido calor. Luego nos dijeron que había problemas con el aire acondicionado. Yo creo que eso era ilegal. Se les podía y debía habérseles caído el pelo a los encargados. Pero ¿qué hicieron para contentarnos? Alargar las horas de barra libre, y mientras haya alcohol… la gente olvida que es HUMANA y tiene derechos y necesidades (como aire, por ejemplo). Nosotras nos lo montamos estupendamente, cada una pedía 4 copas y nos fuimos a un sitio con mesas, sofás y donde daba el aire. Pusimos todas las copas, un rollo de papel higiénico para secarnos el sudor y… a darlo todo. Lo bueno es que sudábamos tanto, que por mucho que bebiésemos no necesitábamos ir al baño. En las fotos brillamos.
Sonaban canciones que no conocía, pero me daba igual. Me lo estaba pasando genial, bailando con mis amigas, brindando, etc. El vestido me hacía unos pechos inmensos que hipnotizaban a S. y M. aparecía en todas las fotos junto a ellas… como si le susurrasen cosas al oído. En realidad es porque ella es muy bajita. Es adorable.

Todo muy bien hasta que me percato de que no tengo la cartera. No me la pudieron robar, porque tuve el bolso colgado en todo momento y alrededor sólo tenía a mis amigas. Tuvo que caerse una de las numerosas veces que saqué el móvil para hacer fotos. Busqué como loca, pregunté a todo el mundo. Sabía que el dinero no lo iba a recuperar, y no me importaba (bueno, un poco sí porque eran 50 pavos) pero tenía toooodas las tarjetas, el DNI, la de crédito, la sanitaria, de conducir, de donante órganos… y otras más. ¿Qué les cuesta coger el dinero y devolver lo demás? ¿Para qué lo quieren? Lo peor es que quien la tuviese, se supone que era psicólogo y compañero. Que no me conocería, pero coño… un poquito de empatía ¿no? Que se supone que de eso tenemos mucho.
(Al final la cartera la recuperé semanas después)

Y a las 6 de la mañana, rebentadísimas, acaba la noche y la terminamos por todo lo alto, la última canción que bailamos P. I. y yo lo petó. Era la hora de volver a casa y afortunadamente yo sólo tenía que coger un bus y me dejaba al lado de mi casa.  Durante el viaje me pasé un nivel del Cundy Crash en el que llevaba semanas atascadas.





Resumen; aunque no saliesen las cosas como planeasen, al final salieron y estoy contenta de que así haya sido, porque lo importante no es cómo sucedió, sino con quién sucedió y no pude estar rodeada de mejores personas. Gracias.

4 comentarios:

  1. Mierda.... hace unas tres horas puse dos comentarios y no salen :/ maldito móvil... Solo te ponía q me ha encantado :) , q eres como ese diario q nunca tuve....jjajajaj Y por cierto, me has contagiado de ese odio (bueno, odio es una palabra fuerte, dejémoslo en esas ganas de dirigir un puñetazo a la cara de alguien) hacia la tía esa de la q siempre olvido el nombre, hacia su familia y hacia el tío q no puso la bso de lost y no nos dejó llorar tranquilos!
    Por cierto, se te da bien hacer ésto, no lo dejes ;) yo la pongo en favoritos ^^

    Atentamente, M., la susurradora de tus pechos q tanto te quiere (a ti y a ellos jajajaja)

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    1. Mi querida Aloe Vera :__)

      Muchísimas gracias por dejar tu huella aquí, es muy importante para mi. Me hubiese gustado conocer a tu familia y estar presente en el momento en los que ponían motes, jajajaja. Así has salido tú de salá...

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  2. Definitivamente creo q esta es una de tus mejores entradas.

    Besos,

    Mario.

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    1. Gracias... gracias por ser ese trozo de pulmón que me ha ayudado a respirar, por ser ese trozo de corazón que me ha dado fuerzas y por ese trozo de cerebro que me ha recordado siempre quién soy :)

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